Lo más importante ahora es que esté chico esté donde debe estar: con los suyos y en libertad. Pero también es momento de pedir responsabilidades porque el daño que han hecho a este joven y su familia no puede quedar impune. No soy de desear el mal ajeno pero últimamente estoy muy susceptible y, sinceramente, me gustaría que ciertos personajes, como la Sra. Cifuentes, llegasen a probar la misma medicina que han dado a Alfon sin comerlo ni beberlo, aunque con la salvedad que para ellos seguro que sí habría una causa justa para aplicársela. Un abrazo a tod@s.
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